Propiedad pública

Manifestación, pintura del argentino Antonio Berti.

Manifestación, pintura del argentino Antonio Berti.

El comunismo es la abolición positiva de la propiedad humana, decía Karl Marx, pero lo cierto es que en el colegio y en el barrio siempre nos sonó extraña esa obsesión por repartir los medios de producción y algún que otro artilugio cuando costaba tanto hacerse con ellos. Los que teníamos poco que perder albergábamos la sospecha de que nos empujaban a compartir la miseria que reflejaban las imágenes de aquellas lecciones sobre la Revolución Industrial y los movimientos obreros. La socialdemocracia vino después a tranquilizar nuestras conciencias y garantizó la inviolabilidad de nuestros bolsillos vacíos. El 1 de Mayo, que se acerca con ropa de festivo y puente a la vista, ya no es lo que era.

La propiedad ocupa, no obstante, el centro de todos los debates. Hay uno que va y viene en televisión sin más fundamento que el interés patrio y que tiene que ver con las aguas territoriales y el empeño de Gibraltar por lanzar sus patrulleras con violencia sobre las naves de la Guardia Civil. Este cuento tiene protagonistas distintos según avanza la serie. Un día son los pescadores del Estrecho, otros los traficantes de tabaco, otro la Royal Navy de maniobras… Falta arbitraje pero no está el horno internacional para bollería fina. Todas las miradas se dirigen a Ucrania.

El debate sobre el lobo en Carranza retorna también en lo local (Bizkaia) con el trasfondo de la utilización de los pastos comunales, el derecho del lobo a la libre circulación y su colisión con la libre empresa ganadera. Andan a tiros, con autorización de la autoridad local, de batida que amenaza a los lobos cuando no los mata y que enferma a los animalistas. ¿Quién tiene más derecho? Mientras tanto, los locos de turno preparan trampas para hombres en el monte, vayan éstos en bici o en moto. Cepos con clavos y cables que cruzan los caminos a la altura del cuello que ya han provocado los primeros heridos. Y ahora habrá que soportar, además, el efecto contagio, porque nada hay tan contagioso como una tontería o una burrada. De nuevo el debate sobre el derecho al disfrute de lo público, en moto o con una escopeta al hombro.

Acerca de Óscar Torres

Suceso, casualidad, oportunidad, problema... Son tantas las acepciones de caso, que me vienen todas bien. Éste es 'El caso Torres', al estilo de las mejores novelas negras. Mi caso o ni caso, según convenga al visitante.
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