De arena, sangre y de sudor cubierto/ veo al héroe que lucha y lucha en vano.
(Manuel José Quintana, en 'Oda a Juan de Padilla')
Hay hombres que parecen tener sólo una idea y es una lástima que sea equivocada.
(Charles Dickens)
¿Cuál es el secreto para un largo amor? El diálogo entre las diferencias.
(Mario Benedetti)
Debe haber algo extrañamente sagrado en la sal: está en nuestras lágrimas y en el mar.
(Khalil Gibran)
Lo que ha sido creído por todos siempre y en todas partes, tiene todas las posibilidades de ser falso.
(Paul Valéry)
Se necesita poco para hacer las cosas bien, pero menos aún para hacerlas mal.
(Paul Bocuse)
Nadie tiene dominio sobre el amor, pero el amor domina todas las cosas.
(Jean De La Fontaine)
Bendito sea el caos, porque es síntoma de libertad.
(Enrique Tierno Galván)
A los hombres se les enseña a pedir perdón por sus fallos; a las mujeres, por sus éxitos.
(Lois Wyse)
Si dos individuos están siempre de acuerdo en todo, puedo asegurar que uno de los dos piensa por ambos.
(Sigmund Freud)
Nuestro destino de viaje nunca es un lugar, sino una nueva forma de ver las cosas.
(Henry Miller)
La justicia te proporcionará paz,
y también trabajos.
(Ramón Llull)
Podéis hacerme abdicar de mis glorias y de mi estado, pero no de mis tristezas. ¡Todavía soy rey de mis amarguras...!
(William Shakespeare)
El manjar más delicioso para el demonio es la tristeza.
(Jorge Mario Bergoglio, Papa Francisco)
Algunas personas sólo guiñan los ojos para poder apuntar mejor.
(Billy Wilder)
La victoria y el fracaso son dos imposibles, y hay que recibirlos con idéntica serenidad y con saludable punto de desdén.
(Rudyard Kipling)
Vale la pena conocer al enemigo... entre otras cosas por la posibilidad de que algún día se convierta en un amigo.
(Margaret Thatcher)
Es la tolerancia fuente de paz y la intolerancia fuente de desorden y pelea.
(Pierre Bayle)
El hambre suele producir poemas inmortales. La abundancia, únicamente indigestiones y torpezas.
(Hipólito Taine)
Trabaja en impedir delitos para no necesitar castigos.
(Confucio)
Cualquier sociedad que renuncie a un poco de libertad para ganar un poco de seguridad, no merece ninguna de las dos cosas.
(Benjamin Franklin)
Hace más ruido un solo hombre gritando que cien mil que están callados.
(José De San Martín)
Quien se empeña en pegarle una pedrada a la luna no lo conseguirá, pero terminará sabiendo manejar la honda.
(Proverbio árabe)
Cuando me preguntaron sobre algún arma capaz de contrarrestar el poder de la bomba atómica yo sugerí la mejor de todas: la paz.
(Albert Einstein)
Bajo un gobierno que encarcele a alguien injustamente, el sitio adecuado para una persona justa es también la cárcel.
(Henry David Thoreau)
El vicio rara vez se insinuó oponiéndose a la honradez; casi siempre toma el disfraz de ésta.
(Jean Jacques Rousseau)