Los conflictos no siempre se resuelven con las civilizadas normas del hockey (Foto: Getty Images)
Colocarse en la equidistancia, a mitad de camino entre unos y otros, resulta más difícil de lo que parece. Aristóteles fue un firme defensor del término medio, donde dijo que estaba la virtud. Sin embargo todo el mundo espera que te coloques en uno u otro bando cuando hay jaleo. Los de Orange pensaban que su logo bien merecía una patente y trataron de registrar el color naranja y el cuadrado de su logo. Buena idea, salvo para Jazztel, que se negó en redondo y ha ganado el pleito. Me imagino a los sesudos jueces, redactando el fallo un domingo por la tarde para que no les molestara el teléfono (véase la ironía). La sentencia dice que el naranja es un color habitual y el cuadrado una forma que se ve por muchos lados. No es broma. Los de Orange, que son France Telecom pero en España, llevaban pleiteando desde 2009 para tener que leer al final que el naranja es un color “usual” o lo mismo cuando “un color como el naranja se asocia a una forma geométrica tan simple como un mero cuadrado”. Yo puedo ir con Orange o con Jazztel. No puedo decir lo mismo de otros, porque he sido o soy cliente y prefiero guardarme la opinión.
En Gamonal, que es un barrio de Burgos, también hay opiniones, algún ladrillazo, porrazos todas las noches y una vecindad que no quiere un bulevar. Toda la vida pidiendo obras en los pueblos y ahora se echan al monte en una ciudad que nunca ha destacado por su guerrilla urbana. El destrozo siempre duele y no cabe el aplauso para el que pulveriza una marquesina. Tampoco veo arreglo incrementando el número de antidisturbios, que será la solución que han pensado. Es la primavera árabe, el invierno burgalés… y toca elegir bando.
A mí, me impresiona el alcalde, cuando sale en la televisión y dice que el proyecto está respaldado por el 80% de la población porque éste fue el porcentaje de los votos que obtuvieron los partidos que apoyaron el proyecto. Vale, no has entendido nada. Mejor un mal acuerdo que un buen pleito, mantiene la sabiduría popular. Aristóteles nos cuenta que el Estado es un ser natural que nada tiene que ver con el pacto y que la república, como forma de gobierno, es una mezcla entre el gobierno de los ricos (oligarquía) y de los pobres (democracia). Con una base teórica tan sólida como la suya, le quería yo ver buscando un acuerdo por teléfono en Gamonal.
El caso Torres 
Yo no entiendo muchas cosas. No entiendo cómo son, ni por qué ocurren de una determinada manera. Sin embargo, me ufano de percibir cuando a una explicación dada le falla el razonamiento. No sé cómo es algo… pero sé que no puede ser así. Noto ese «hueco» lógico, siento esa «asimetría».
Pues bien. Lo de Burgos, así, como nos lo cuentan, no se entiende. ¿Qué pasa?…¿Qué ha pasado antes?… ¿Quienes son esas personas que, repentinamente, actúan así? No estoy haciendo un juicio moral,jurídico, ni siquiera político. Digo, simplemente, que aquí falta alguna información. Algo que no sabe nadie (de los llamados a afrontar el problema, lo cual sería pavoroso) o que alguien sabe, pero omite por razones que, de ser el caso, también desconozco.
Por cierto, que últimamente se multiplican los casos de misterios y paradojas. ¿Por qué se adoptan decisiones políticas e institucionales innecesarias, incluso para la Troika que nos gobierna y que no pueden acarrear sino descrédito político para sus autores?… ¿Alguien ha perdido el juicio?… ¿Están de cachondeo?… ¿Es un experimento sociológico a la búsqueda de los límites de la paciencia de la ciudadanía?
En la respuesta «ciudadana» siempre hay misterios. La experiencia vitoriana (como otras) nos dice que como reacción a cualquier proyecto urbanístico siempre surge una plataforma «en contra de…». Y los integrantes de estas plataformas tienden a repetir. ¿Se preocupan más? ¿Son más activos? ¿Más listos? ¿Están dirigidos? ¿Merecen reproche? La crónica periodística no nos permite juzgar, se limita a hacer balance de contenedores quemados, frases pronunciadas y alguna comparación con la primavera árabe. Así ha pasado en Burgos.
Anoche leí que hubo un escrache ( o como demonios se diga) frente a la casa del dueño del Diario de Burgos que , oh casualidad, es el constructor encaragdo de hacer el boulevar de Gamonal. Tú algo conoces de los medios castellano-leoneses.
A lo mejor la gente ya empieza a estar hartita de que en uan ciudad con un alto nivel de paro y de endeudaiento siempre acaben ganado los mismos. Por comentar….
PD Como ciudadano bilbaíno solo puedo hablar maravillas de las zonas peatonales en el centro de la ciudad. Pero ese, me temo, es otro debate.
Totalmente de acuerdo con la posdata. Además, con el tiempo, todo son parabienes para las zonas ganadas al coche, pero efectivamente, ese es otro debate. Lo que provoca la rabia, creo, porque Rafael dice que nos faltan datos y es cierto, es esa sensación de hartazgo, de ser víctima de una injusticia, que cuando las cosas van mal en lo económico se propaga muy fácil.